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El coste de oportunidad y el seguro de vida – Relato 6

El coste de oportunidad

Si consideras que eres inmortal, o que las desgracias solo les pasan a los demás o sabes que nunca vas a contraer una grave enfermedad, no hace falta que sigas leyendo.
 
¿Sigues aquí? Entonces es porque sabes que eres vulnerable, como todos, y por ello, hoy te vamos a contar una historia real, que le sucedió a un cliente, y trata sobre el coste de oportunidad:
 
Antonio G.L. era la aportación principal de ingresos económicos en su núcleo familiar y acababa de ser papá de su segundo hijo.
 
Ser de nuevo papá, le despertó la necesidad de proteger a su familia, por lo que nos solicitó presupuesto de seguro de vida.
 
Le hicimos presupuesto y nos confirmó que estaba en perfecto estado de salud, por lo que era el momento idóneo de contratar el seguro de vida.
 
Pero ocurrió lo que viene siendo habitual: que las tareas del día a día, tanto a nivel personal como profesional, no le dejaban tiempo para pensar en casi nada.
 
Cada vez que le recordábamos que tenía pendiente su respuesta sobre el presupuesto del seguro de vida, nos decía que nada más tuviese un hueco, lo analizaba y ya nos contestaría… ¿te suena?.

Pues bien, pasaron días, semanas y meses, sin tener noticias de él. Pero al cabo de un año, nos llamó.
 
Nos comentó que el agobio de la rutina diaria no le había dejado un momento de respiro para poder sentarse y analizar nuestra propuesta de seguro de vida riesgo.
 
El detonante que le hizo llamarnos, fue que le habían diagnosticado recientemente una grave enfermedad.
 
Estaba asustado y preocupado, y recordó nuestra propuesta de seguro de vida.
 
Nos llamó para contratarlo.
 
Pero lo que él no sabía, es que ya era tarde.
 
Ya no podía contratar ningún seguro de vida, pues la preexistencia de salud actual, no la aceptaba ninguna compañía.
 
No se trataba de hipertensión o hipercolesterolemia.
 
Había contraído, por desgracia, una grave enfermedad, lo que era motivo de rehúse de todos los seguros de vida.

“El coste de oportunidad” en el seguro de vida se paga muy caro, pues significa vivir con una incertidumbre constante sobre el futuro de tu familia

El seguro de vida lo tienes que contratar cuando estás bien de salud o las dolencias o patologías que sufres no son graves, donde las compañías las aceptan, aunque sea aplicando un sobrecoste.
 
No esperes a que sea tarde, como le pasó a Antonio.
 
El proverbio: “Nunca es tarde si la dicha es buena”, no es aplicable al seguro de vida.
 
Mejor meditar sobre la siguiente frase de Henry Ford:

“Cuando pensamos que el día de mañana nunca llegará, ya se ha convertido en el ayer”

El tiempo pasa muy rápido.
 
En el seguro de vida, el tiempo corre en tu contra, por lo que cuanto antes te decidas, mejor.
 
Tic toc, tic toc…
 
La cuenta atrás ha comenzado.

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